
En estos momentos grises (para él), un tanto alocados (idiotas), solo deseaba poder comer carne, tener aquellos dientes, afilados, diamantes, pulcros, para realizar sacrificios, sembrar el pánico, degustar la sangre roja, si por un instante fuera, acostumbrarse a ella. Pensaba quizá le temerían más o bien lo dejarían en paz. Comprendió que el hecho de ser herbívoro fue un mal estado tanto para su destino como para la gracia de los otros. Carnívoro, ya no lo molestaran tanto. (cobardes son, se aprovechan de quienes ventaja sacan, por qué no un León).
No tengo colmillos, mas tengo cuernos, eso me compensa, eso los aterra, eso no los conmueve, eso me entristece.
(La fe se opone a la libertad)
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