miércoles, 15 de julio de 2009

Extinto




…Cambió una y otra vez de idea, así de pies, así de cabeza, cambió sus sentidos por el sueño falso, cambió de canción 157 veces sin encontrar la correcta. Su nombre paso de Clara a Paris. Cambió su vida por la televisión por cable. Cambio su computador por una máquina de escribir. Millones de circunstancias a la inconciencia vinieron, periódicos, revistas, libros, bosques, árboles, hojas, casas pintadas de ocre, un final mediocre, dedos, caras, nada sutil.

- Mami, mami cómprame algo-

-  A qué hora nos juntamos, a las doce-           

Las interrupciones eran variadas, las personas no tanto, pero su atención, el punto fijo sigue siendo su problema más fatal. Vivir como tratando de no hacerlo. Caminar a su casa inundándose de estúpidas imágenes ingenuas, saber que no se casa, que ya tiene 56, que todo es entretenido si no se está  sonriendo, beber, quizá fumar. Muchas opciones posee, mas casi todas son insuficientes. El doctor le diagnosticó cáncer, dinero no tiene, tiempo no se hacía para nada. Pocos días le quedan, hace más de siete meses que no se examina. Dos esquinas, y ya nada le queda.

            La gran puerta oxidada, la deuda, la dueña del departamento le habla mientras a dormir llega, mueve su boca, sus llaves apresuradamente busca, a casa desear intenta, soporta, por fin la llave, se despide, mofa. Abre la puerta…

             La puerta se abre, cierro el libro, página 43. Es mi madre y sus ojos en gloria, desorbitados. Me dice hola, le respondo. Deja su bolso, a su habitación se marcha, la observo, detrás sombra no le queda, sin intención, creo que se parece mucho a Clara. 

         (Con velas.Sin velas.No velas)

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