Mis pies, lo primero que concibo. La verdad hoy no sé que es lo que me rodea, distingo olivillos. Desde muy pronto suelo ceñir mis manos como primer impulso inconciente de mis cuidados. Sentado, la bruma es pálida y algo húmeda.
Siento frió en mis tobillos, en el lugar que no logran cubrir mi pantanos, es una talla menor, las mangas no me quedan, mis nudos suelen ser algo esqueletitos a merced del escalofrío que me perturba constantemente. No se por qué, mas a mi memoria viene la estrofa, una poesía de Safo que escuché cuando criatura, a pesar de tener en mente otras cosas, esta sigue zumbando como una viola de fondo. Palpitante suena el viento cuando pasa tras mi cabeza y el cuello me pide que lo arrope, tan solo pongo mi mano y ceso mi intranquilidad.
Cruzan autos a lo lejos, se siente un olor como a maquinaria, o será mi ropa. Tengo un papel en el bolsillo, lo sé, ya que me incomoda el extremo izquierdo de mi camisa. Los árboles, lo primero que advertí, logré estar al tanto de la verdad, han caído ya siete o diez hojas a mi costado, son arrugadas, medianas, casi amarillas con rayas cafés, parecen insectos caminando alrededor de mis extremidades. Un grito, un chillido, un chiflo de aire, lo más cálido en estos momentos son mis vagas reminiscencias, me cuestiono. (No sé por qué me lo dijo, me tiene sugestionado). Mas que hago aquí sentado, que es este lugar, es otoño o invierno, no se distinguir estaciones hermanas, los árboles son gigantescos se mueven a la cadencia de los silbidos. El follaje vuela o son aves de la cuidad.
Hay luces un tanto artificiales sobre mi cabeza y reflejan mi sombra sobre las costas de mi cuerpo, en un escenario de tierra mojada, el verde se trasluce entre las rejas graciosas. La gracia quita de mi pasión todo lo absurdo de mi mal estar, el verde y más me sonrió íntimamente. Mis manos sobre mis muslos, una hormiga me suerca. Creerán que soy un vago, un alcohólico, un delincuente. Pero quien creerá eso, ¿los bosques?, aun no veo a nadie rondar cerca de mí, ¿será la hora? ¿Será el día?, estará lloviendo. No lo creo, de así serlo lo habría notado, pero qué es lo que concibo. Hasta ahora no se más de lo que saben ustedes.
El efluvio del tris me lleva a lo altamente oscuro del Κρόνος, así llámese todo esto no más que una simple percepción de mis sentidos vegetales e inertes, el pasado es una pesadilla desmesurada, el azul oscuro de la umbría que me rodeaba, el blanco celestino del televisor que me encandecía maravillosamente, pero inútil a la vez, las consecuencias de captar todo el lenguaje, me llevaron donde estoy ahora.
¿Me pongo de pie?, me dijo que no lo hiciera. Aún su rostro he de recordar, no más que sus textuales palabras. Ojos glaucos y sus alrededores parecían quebrajarse con ríos rojos, (volverá donde me dejó), hombros quizás caídos por el efecto de su ropaje, una camisa color púrpura y líneas un tanto opacas, (estoy aquí por su culpa), sus manos eran pequeñas y heladas al tacto, asimismo noté su nariz empinada de roja ocación, uñas cortas desmaltizadas, dedos partidos, un caminar singular.
Lo último fue el tono de su vos. como lograré captar su entonación.
y ahora me toca a mi ..
ResponderEliminarque flojo, que poca dedicación, tírame la oreja, eso podría servir
al leer este escrito publicado aquí, siento vergüenza, he dejado que el tiempo que me lo quiten los demás