miércoles, 17 de junio de 2009

Dormir engañado, es decir, viviendo

-->Sus pares lo consideraban el mejor. Era un gran virtuoso. Llevaba más de diez años en la calle trabajando. Nombre jamás le conocieron, día aquel un perro lo atacó, cicatriz en su cara llevaba, la maquillaba perfectamente. Familia, nada tenía. Solo su hogar y un par de trajes. Ficción de amores y desamores. Sin compañeros u amistades. Terco muy mucho con todos. Casi no hablaba. Quién tenía la valentía de verdad contarle. Creía alma tener.
Siempre le punzaban las manos, específicamente el lado posterior de sus palmas. La espalda bamboleaba de un lugar a otro. Sus pies tranzaban todo con las manos como un perfecto juego dominó. Escépticamente miraba hacia el cielo, no conciliaba la idea de ser un títere. Nadie nunca se lo dice.

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