martes, 29 de septiembre de 2009

Elevado ser


 No soportó la tristeza de lo humano. Él, siendo imaginario, les concedió la oportunidad del Unicornio para poder contemplarlo. Éste era mucho más grande que un equino normal, más fuerte y más ágil. Pronto lo vieron arando las tierras, empujando carruajes, e incluso escalando montañas, hasta su carne era más sabrosa. Ante los incrédulos ojos hoy yace extinto. 

1 comentario:

  1. Pendeja engrupida:
    hace poco un sujeto, medio petulante por lo demás, me dijo que el poeta tenía la facultad de transformarse en un pequeño dios.
    Que la palabra crea, modela y da vida, por lo tanto,
    un unicornio que dejó de existir,
    vive por ahí.
    Vive en una dimensión paralela a la nuestra, intentando escapar... intentando hacer que alguien, por muy pequeño que sea, lo dote de las suficientes palabras como para
    volver a caminar y volver, finalmente, a existir.

    No?


    Saludos!

    ResponderEliminar