Preludios de una mente aquejada, para una filosofía que reverdece..

Abandona a tu prójimo, abandónate a ti mismo, abandona tus pensamientos, deja de ser por un momento para dejar de ser para siempre, abandona tus órganos y no los obsequies, se tacaño, que nadie viva más allá de lo que le corresponda y ésto no es ser cruel, es ser de verdad. No te preocupes por aquél que es similar a ti, preocúpate por aquel de cual no sabes nada.
No respires, no pienses, no creas en ser o en no ser, sólo no seas. Ya mucho daño has causando tratando de ayudar al mundo, pero éste no te quiere, no necesita de tu ayuda, ni de tus esfuerzos, no espera de tu compasión por nadie, ni siquiera por tu propia compasión, por el miedo que tú sientas, al mundo no le interesan tus miedos, tus lagrimas, tus palabras, tus cálculos, tus descubrimientos , tu genética, tus gateos. Al mundo no le interesa nadie, ni siquiera se preocupa del mismo, está tan preocupado de otras cosas que lo que hagas no le interesa.
Deja de ser por un tiempo breve para hacerlo por siempre. Detente, se parte de la tierra, déjate descomponer junto a esa manzana, deja que el sol te abrase y te capture, deja que los insectos te hagan parte de ellos, devuelve todo lo que a la tierra le quitaste, que tu cuerpo sea parte de la tierra, que los gusanos te devoren y sean tú mismo, deja que el aire se lleve tu aroma de cadáver y lo esparza por el cielo y se mezcle con smog para que lo limpies. Deja que tus manos descansen en el agua y te deslices con ellas, se vapor, se lluvia. Se una y otra vez cualquier cosa menos lo que eres ahora, transfórmate una y otra vez hasta que quede el mínimo rastro de que alguna vez existió algo parecido, deja los legados, deja tu hogar, el mundo es tan como tú lo quisiste que ya no será más a tu manera.