sábado, 17 de enero de 2015
Hemos encontrado
Darle al paradero dos minutos
y sentarse, las bolitas de dulce
no son tan amargas después de todo.
El lugar es un felino que me acompaña
está muerto,
lanzado: atropellado,
sin embargo vivo.
Tu alianza crece al interior de un
horizonte de uñas y pelos
los pies de un poste
que nos persigue durante la pieza,
tapando el agujero de tu ventana.
La abierta boca bosqueja
un último grito, el primero.
El chaleco envuelve
nos entierra y se nos castiga.
Sentimos el frío de estar vivos
conversamos al calor de tres muertos
ambos conservados por la sal
entre unos libros bien guardados
como si fuéramos una especie de charqui.
y sentarse, las bolitas de dulce
no son tan amargas después de todo.
El lugar es un felino que me acompaña
está muerto,
lanzado: atropellado,
sin embargo vivo.
Tu alianza crece al interior de un
horizonte de uñas y pelos
los pies de un poste
que nos persigue durante la pieza,
tapando el agujero de tu ventana.
La abierta boca bosqueja
un último grito, el primero.
El chaleco envuelve
nos entierra y se nos castiga.
Sentimos el frío de estar vivos
conversamos al calor de tres muertos
ambos conservados por la sal
entre unos libros bien guardados
como si fuéramos una especie de charqui.
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