domingo, 4 de enero de 2015

El humo de la mañana

Arranca por el tubo de los escapes
un litro de buena sangre,
creerán que han perdido nuevamente, 
víctimas del subsuelo,
correr será lo mismo que esconderse 
si es por sus alcantarillas. 
Tapadas con hojas, 
tapadas con nombres de
calles,
el quiebre de la letrina ha caído frente
a muchos ojos 
los vidrios rotos aparecen
como veneno y
se esconden detrás de una bolsa con basura. 
En el fondo brilla,
la 
espesura de su aroma sin fragancia.
Hemos abandonado a nuestros ratones
hemos caído en la trampa.

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