Si desconozco el metal y la tierra
es por el llanto de la madera
ante el fuego que no alcanza a ser ceniza.
El aire se manchó de agua
las gotas caen
y tú me inventas un invierno
sin decapitar primaveras.
Como un devenir que se veía a lo lejos
anunciando con tormentas dormidas.
Mientras la tarde sabotea el regreso a casa
el viento nos habla en otra lengua
y sólo nosotros podemos comprender.
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