martes, 14 de abril de 2009

Cronos todo lo devora. Maldita emotividad salvame la vida II


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Sujetando con los dientes, todo desaparece mientras el avance sin miramientos supera toda sus virtudes por sobre las mías, me envidia por creer que soy eterno, yo lo odio por ser inmortal, además de poseer un lugar en el nombre de su padre.
No sabe de su existencia, ni de su principio, sólo sabe que lo estimo por ser uno de los fuertes y lo admiro por su templada indiferencia. Acaba con las vidas que le parecen más intrascendentes, lo que se mueve lo persigue hasta ultimarlo. Da muerte a universos robustos de seres infatigables, sin una gota de remordimiento. Cronos disputa consigo mismo su vida burlonamente personificada en un par de agujas.
Incluso si pudiera seguir sus propios pasos a ellos los haría desaparecer, y sin darse cuenta muchas veces lo hace. Acabó mi vida dejándola hecha pedazos en el piso, pero eso me da lo mismo. Cronos es sabio, él no sabe lo que hace. Si yo fuese más puntual diría que él de todo es culpable, sin querer ahora no hallo mis zapatos, ni mis calcetines. Sí, Cronos todo lo devora.

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