miércoles, 6 de agosto de 2008

filosofia para caballos y caballeros


Uno tras otro
Seguían al
Caballo de ocho extremidades
Colgando de las riendas
Apostando
Al Rojo carbón amanecido
Al tubo congelado, Los ojos empañados
Los hijos
Los apuestos chicos trabajadores en traje
El tiempo por el cuello, El bolsillo en el suelo
Las ganas en la maleta, bien guardadas
El césped recostado discutiendo consigo mismo
Todos ni siquiera son uno solo
Las postaciones llorando, comiendo ají picante
Respirando, quemadas, humo de ruedas
En el paradero mal usado sentado, de pie
Como seduciéndome, pidiéndome una limosna
Recostado dormitando, el negro, su cola mueve
Cuando lo miro, acaricio
El bus pierdo, también mi cabeza
Gano un gran amigo.

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