miércoles, 15 de febrero de 2017

Alabandas para la conquista

Vacilante, seguí mi camino. Llegué hasta el mar, miré hacia la isla de Abtao y contemplé las olas... ¡Sí, mi corazón quería hundirse allí abajo y mis brazos volar hacia el aire brillante; pero pronto, como caído del cielo, descendió sobre mí un alma más dulce y puso orden con su tranquila vara en mi ánimo indomable y suficiente; entonces reflexioné con más calma en nuestro destino, en mi fe en el mundo, en nuestras tristes experiencias, y consideré al español tal como lo había descubierto y reconocido desde mi temprana juventud, en múltiples aprendizajes, y en todas partes encontré disonancias sordas y discordantes; solo en la simple limitación de la infancia encontré todavía las melodías puras. No quería regresar.  
Enrrollado en la tierra, quería volver al fuerte y matarlo, para recuperar nuestros olorosos huertos, disfrutar con los Payos de estos frescos campos. 

Pura ciencia

Aquí las golondrinas lloran su ausencia... cantan su venida. Los hijos del sol asoman cuando piensan su nombre, y la sangre se evapora para convertirse en plata.

Vivía en las Ruinas

Me asfixio en la altura
e imperan en mi casa las pulgas y las moscas
perros y gatos duermen sobre las mesas,
las hormigas han construido su propio imperio
dentro del mío. Ratones vienen y van como
buenos carteros. Abejas y flores se asoman
siempre por puertas y ventanas.
El agua gotea día y noche, así el humedal se
mantiene intacto con toda su fauna, es
preciso aclarar que el techo ha sido arrancado
de su lugar, entorpece el más
bello espectáculo de nuestras vidas.

Percival

Bajo el Roble de Guillotin yace sentado
frente al animal que devora su recuerdo
¡aquellas gotas de sangre ahora son blancas!
Y de su herida caen imágenes que cubren su inocencia.

Prende su opio vestido de caña
Parte camino al foso desvistiéndose de la nieve
así da con el sendero de sus ramas
que lo llevan cubierto de tomos claros y amarillos.

Cuando siente que es momento de ir a buscarla.

domingo, 5 de febrero de 2017

Ven que te quiero

Se acercó y dulcemente mientras me acariciaba, me apagó.

Soy optimista

Porque sé que esto es una mierda.