Tribunal del santo oficio de la inquisición

El fragante y condecorado comisario estaba seguro de que todo era burda brujería o simple magia negra; que era la ignorancia de los indios o viles supertisciones paganas, cuando en ese momento escalofriante ve frente a sus prufundos ojos incrédulos ha Mazatl convertirse en un gran venado de astas infinitas, saltando sobre los barcos y aplastando a todos en la gran fiesta de la plaza de armas.

Hija mía

-Padre, el pueblo quiere la verdad.
-Entonces que coman procesiones.

Escritura neurotóxica

Monseñor Gerardo inentó dar al comisario las cartas que describían el trato a sus indias, explicar al clero y al obispo que no eran violadas como se decía, sino solo eran esclavas de labores domésticas provenientes de los encomendados. Simplemente hacían uso de su derecho exequator.
En ese instante el comisario interrumpe y toma el puño de su santidad con violencia.

-Antes de poner el sello, Monseñor Gerando, ¿qué hacen esas tres indias embarazas trabajando en la catedral?

-El Señor las ha bendecido con el trabajo para la construción del futuro virreinato, es parte de su sagrado tributo.

-Lo lamento estimado Monseñor, el Señor ya no le necesitará.
Da un sobresalto.

-¡Quién te has creído...!

Dijo haciendo gargaras con la sangre que la espada le hizo entrar por el cuello.

Ánima lista

Es la mejor amiga de los perros del pasaje, siempre se le ve muy bien excepto cuando llega del trabajo, su rostro siempre se ve cansado y pareciera un alma en pena.
Saluda también a todos los vecinos, quienes dicen que es muy buena pa' las matemáticas, cuando compra siempre saca la cuenta de memoria y sin calculadora. Al parecer, también comentan que no se alimenta bien, que alguna ves la vieron rechazando la carne en un asado.

La vieja culia era terrible sapa.

Conforme viene el sudor de la tierra
salen al patio. Su importancia lactante verá por tablas rotas, por paredes húmedas.
Flotando por la cara, escurriendo por la micro
totalizarán la fiebre para bailar entre sus siestas,
territorio negado y días festivos, verdaderamentes festivos.
-Tomen, tengan su licencia para matar.- les dijeron en la escuela
los weones le rompieron los vidrios.
Era como la Historia Universal de Atlas
pues ella no tenía la culpa, la curiosidad cabó en su alma,
la piedra era muy pesada y llegó a su cabeza, redonda,
tenía forma de ereignis.