domingo, 3 de abril de 2016

Flor de Jacinto

La locura fue un castigo tremendo, la maldición tiñó su realidad de azules. Quería ver a sus adversarios muertos, pero no, estaba su esposa e hijos apuñalados con su espada. La que ahora toma para hacerla entrar infinitamente en su abdomen, lamentablemente y sin ayuda divina, es asesinado por el odio a los traidores.  

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