es el momento de hacer suya
la confianza de una vertiente apestada y negra,
transforman la arteria, clara muestra neutral
de arrastre y desconsuelo, en el borde de la melancolía
de ochos lunas nuevas, en la distancia más profunda
de la oscuridad, enmudecen con una
constante renovación en el camino,
el tenebroso pórtico del
silencio.
De lo que no se puede hablar
lo mejor es callarse.
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