sábado, 27 de noviembre de 2010
Placer
“Carolina, (la más chica), echó harina en la fuente negra y agregó polvos de hornear. Después quebró huevos en otra y los batió con lo que parecía leche. Ella parecía ser más generosa, había mezclado mantequilla y azúcar con anterioridad dentro del recipiente negro con su gran cuchara de palo. observe constantemente que dudaba.
Frente a ella colgaban una inmensidad de plantas de distintos tamaños, su atuendo era un poco aterrador, desgajado en la parte baja, de lo que, aparentemente, pudo ser un vestido. Veía muy poco. Colgaban arañas, insectos, y unos frascos con líquidos viscosos y fétidos. Al lado estaba la otra mujer, mucho mayor y más enferma, un ser más sombrío, con una risa de demonio... solo escuché que le pedía una cosa “¿tienes más ojos?” y Carolina extendiendo su mano y le entregó un frasco con muchas bolitas que flotaban en agua, -al parecer sabían de muestra presencia-, necesitaban cuatro más.
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